miércoles, 23 de abril de 2014

LA ALIMENTACIÓN DURANTE LA INFANCIA DE 4 A 12 AÑOS.

La alimentación durante la infancia y la adolescencia debe servir para facilitar un crecimiento dentro de la normalidad, evitar carencias y excesos de consumo, prevenir y/o corregir problemas específicos relacionados con el estado nutricional, y disminuir el riesgo de enfermedades propias del adulto con elevado índice de morbi-mortalidad.
En estas edades hay que perseguir una alimentación variada y equilibrada, la educación alimentaria-nutricional en la familia y la escuela, prevenir problemas relacionados con la alimentación como el sobrepeso y la obesidad e inculcar en el niño hábitos alimentarios saludables y la costumbre de realizar ejercicio físico a diario.
En esta etapa es importante diferenciar en dos periodos, el primero de 4 a 6 años y la segunda de 7 a 12. Preescolar y escolar.
El niño va consolidando sus hábitos alimentarios, condicionados por la familia y las influencias externas, debido al aumento del contacto social por la escolarización. Es fundamental, el proceso educativo para fomentar la alimentación saludable, tanto en el ámbito familiar como en el escolar.
- Consejos alimentarios:
Procurar un adecuado aporte de leche y/o derivados.
Aportar proteínas de origen animal y vegetal, potenciando el consumo animal y vegetal, potenciando el consumo de legumbres y cereales.
Asegurar una cantidad suficiente de farináceos, verduras y hortalizas en los primeros platos y en las guarniciones. Éstas ayudan a compensar el déficit de los hidratos de carbono o de verduras del primer plato y siembre deben complementarlo.
No ser demasiado generosos en el tamaño de las raciones de carne o pescado.
Potenciar el aceite de oliva frente a la mantequilla o la margarina.
Controlar el aporte de grasas saturadas.
Introducir el consumo de pescado blanco y azul.
Fomentar el consumo de frutas, verduras y hortalizas.
Favorecer y mantener la variedad en las formas culinarias y en preparación y presentación de los menús. Se puede invitar al niño a participar en la preparación de alimentos.
Ingeniar métodos para favorecer la apetencia de alimentos de peor aceptación.
Evitar el exceso de sal y la costumbre de resalar las comidas en la mesa.
Limitar el consumo de azúcar.
Tomar agua como bebida principal.
Establecer la alimentación de acuerdo con las preferencias personales del niño y los condicionantes sociales y económicos, de lo contrario será difícil la aceptación.
Procurar una correcta higiene dental con ayuda de dentífrico, hilo dental y soluciones de flúor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario